Había una vez un niño que era hijo de 2 aldeanos en una tranquila ciudad por las afueras del reino. A este niño le gustaba jugar en el bosque, pero en una de sus excursiones se encontró con un ronin (samurai sin amo) herido a muerte. El ronin había perdido a todo su clan debido a un conflicto por razones de honor, por ello no tenia ningún resentimiento en contra de sus atacantes pero lamentaba no poder enseñar sus habilidades a la próxima generación. El niño nunca había usado un arma en toda su vida pero al ver la tristeza de este ronin herido decidió volverse su aprendiz.
Las estaciones pasaron y el niño se volvió hombre y cuando el hombre consiguió aprender las técnicas de su maestro este dejo este mundo sin ningún resentimiento debido que su espíritu todavía se mantendría por medio de su discípulo. El nombre de su maestro era Fausto del clan de los Infaustos y debido a que el nombre de la cabeza del clan como el espíritu se heredan el hombre cambio su nombre a FaustoInfausto.
Ahora FaustoInfausto tenia una misión recuperar el prestigio de este clan caído. Anduvo por el mundo mejorando sus habilidades hasta que un día oyó sobre el III torneo de La Liga y a partir de ese día participaba en los torneos de La Liga para que el clan de los Infaustos vuelvan a su antiguo apogeo.